Cuando viajamos al Sudeste asiático por primera vez, no conocíamos a casi nadie que hubiera ido. Teníamos muchos miedos, seguramente los mismos que estás teniendo ahora mismo, y nos hubiera encantado que alguien nos dijera todo lo que vas a leer en este posteo. No tengas miedo, por más remoto y desafiante que te parezca un viaje al Sudeste, en cuanto llegues verás que no eres el único, y que todo eso que estaba en una nebulosa en tus pensamientos va tomando forma y lugar.
Viajando por el Sudeste te vas a encontrar con mucha gente: algunos que te quieren ayudar, otros que van a querer compartir un teh tarik/Beer Lao/Chang/Angkor/mango shake y los vas a recordar para siempre, varios que no sabes por qué se cruzan en tu camino, y unos cuantos que te quieran estafar. No creas todo lo que te dicen, pero tampoco desconfíes del primero que se te cruza.
El tuk-tukero que te grita que te puede llevar gratis a donde quieras cuando ni siquiera lo habías mirado, lo hace para pasearte por toda la ciudad llevándote de un negocio al otro, donde cobrará una comisión si comprás algo, o a veces sólo por llevarte. Sí, y el que dice que su bar tiene las mejores chicas, muy probablemente también esté ocultando algo que te vas a enterar más tarde. Lamentablemente, por experiencia, los viajeros latinos estamos mucho más alerta a estas estafas baratas y no caemos tan fácil como otros menos acostumbrados. No estés paranoico, lo único que necesitas es usar el sexto sentido que todos tenemos: el sentido común.
La atención médica en Asia es diferente a la acostumbrada en México, y en los hospitales no siempre encontrarás personal que hablen inglés. Lo más recomendable es llevar tu protección y asistencia de viaje a cualquier destino Asiático y viajar tranquilo.